jueves, 14 de agosto de 2008
martes, 22 de julio de 2008
Vacaciones secundarios: el testimonio de Giuliana
"Fueron tres días inolvidables que compartí junto a la compañía de mucha gente"
Bueno, de mi parte salió escribir algo así como mi experiencia de las vacaciones, pero primero quiero agradecer a Osvaldo Bodean y Flia. y a Silvana que me insistieron para ir a dichas vacaciones, porque sin la ayuda de ellos no hubiese podido ir. GRACIAS.
Estas fueron mis primeras vacaciones, a las que disfruté muchísimo. Fueron 3 días inolvidables que compartí junto a la compañía de mucha gente, de muchas personas que hicieron que esas vacaciones salgan de la forma que salieron, a pesar de los errores, pero no importa porque de ellos se aprende y como dijo Soledad “… dentro de 5 o 6 años puede ser que salga…”.
Entre esas personas están Miguel, Filippo y Gianluca con sus testimonios y opiniones; Alicia, Guada, Claus, Gaspar, Ceci, Carlos y muchas personas más que estuvieron en la música; Juampi que estuvo en el sonido y así también muchas personas mayores que ayudaron y acompañaron a todos para que las vacaciones salieran de 10.
Me sentí muy protagonista de las vacaciones ya que di todo lo que más pude de mi persona, tanto en los juegos como en el canto (cuando Ali me invito a cantar en la misa), en las celebraciones (cuando me pidieron para leer una lectura) como en la última noche cuando bailé folklore. Y todo esto se lo tengo que agradecer a Él, a nuestro Padre DIOS, quien nos regaló días espectaculares de sol para que los aprovechemos todos juntos.
En estos días encontré muchos testigos de su Amor, testigos que me ayudan a seguir buscándolo, a encontrarlo en cada momento de mi vida desde que me levanto hasta que me acuesto. También encontré amigos, personas que me brindaron su diálogo desde el primer día sin ni siquiera conocerme y gracias a ellos la pasé genial.
Quisiera poder ir las próximas vacaciones y disfrutarlas el doble y seguir conociendo nuevos AMIGOS, es decir TESTIGOS de su AMOR, del amor tan grande que Él nos tiene y nos regala.
Con mucho cariño GIULI
Vacaciones secundarios: el testimonio de Cecilia
Mi papi, Silvana, mi propio corazón me pedían que realizara un juicio sobre las vacaciones pero yo no comprendía qué era lo que debía escribir. Me gustaba la idea aunque no me terminaba de convencer, pero después de un hermoso encuentro con mi hermano Fran surgió un deseo enorme de hacerlo, de retomar la experiencia que viví y realizar un juicio, que me ayude a poder adherir a lo que encontré de una forma más real, adherir a lo que mi corazón reconoce como verdadero, y las vacaciones ciertamente fueron verdaderas, increíblemente verdaderas, respondieron a muchos de mis deseos, de mis exigencias…
Cuando hoy rezaba laudes en una parte (Preces para + exactitud) decía:
“Con tu palabra eficaz y más afilada que una espada
penetra en los pensamientos de nuestro corazón y juzga al mundo.”
Con Sus palabras que han herido mi corazón quiero juzgar lo que viví esos tres días, que se me regalaron, junto a ustedes:
Fueron tres días INCREIBLES, me emocione mucho a lo largo de las vacas porque podía reconocerLo, podía verlo a Él en todo lo que vivimos, hasta cuando estábamos jugando al voleibol, y eso me hacia sentir que no era digna de tanta belleza, de tanta compañía, de todo lo verdadero que encontraba, no lo soy!... todo fue un regalo, y esto lo descubrí nuevamente gracias a mi hermano que me repitió “agradecele a Él”.
Pude reconocer en estas vacas la cantidad de testigos de Su amistad que Él ha puesto en mi camino, tanto en el movimiento como no. Pude comprender gracias a la compañía qué significaba la frase de las vacas “amigos, es decir, testigos”.
Esta vez me sentí protagonista, porque puse todo mi corazón y mi humanidad para vivir lo que se me propuso, para aprovechar este magnifico regalo. Agradezco a Dios que por medio de Ali me haya invitado a cantar. ¡Cuanto aprendí de esa experiencia!
Un encuentro, una presencia excepcional, el estupor, ¿Quién es Éste?, la responsabilidad ante el hecho… TODO ESTO lo experimenté en estas vacas. El estupor era el que me llevaba a emocionarme y a preguntarme sinceramente ¿Quién es ÉSTE?
Toto con su compañía y paciencia fue para mi un gran testigo; Giulia, una amiga que fue x primera vez a las vacas y volvió tan contenta (creo que ahora el intercambio de Corazones es aun mayor); mis hermanos; Silvana que me daba pequeños empujones para que participe, que me hizo sentir protagonista; Ali que me dio la posibilidad de ser educada también en el canto junto a Claus, Gaspi, Carlos y Guada; Peter que me obligó a juzgar, a razonar, a amar de una manera más verdadera lo que acontecía; Miguel con sus homilías; Guada con su compañía, con algunas miradas; Ana con su alegría; las cordobesas que me hicieron reír muchoooo; Filippo con su testimonio e interpretando a Chieffo… COMPAÑÍA, VERDADERA COMPAÑÍA…
Ahora quiero dar respuesta a todo esto que encontré, adherir con sinceridad.
Espero les haya servido… a mi sí!! =) fue una hermosa ocasión para retomar.
No puedo dejar de agradecer a Dios por toda esta magnífica Gracia, y de pedir que lo Bello que viví vuelva a acontecer, que Él vuelva a hacerse presente…
Con cariño. Ceci.
Concordia
viernes, 18 de julio de 2008
Nuevo juicio de Comunión y Liberación sobre la realidad argentina - Julio 2008
Las pruebas y dificultades que aparecen en la realidad histórica revelan qué es lo que verdaderamente sostenemos como importante, justo y verdadero. Por lo tanto, revelan nuestro verdadero interés supremo, y son una ocasión para educarnos. No tenemos la pretensión de proponer otra solución técnica al debate sobre el conflicto del campo sino de identificar cuáles son los valores radicales en juego y proponer una forma de vida.
a) La concepción de la persona y el hombre: El hombre tiene valor en sí mismo y no porque es legitimado por las instituciones, por la mayoría o por lo que dice el poder. Cuando se olvida que el hombre es creado por Dios, es normal el riesgo de reducir a la persona a instrumento y esclavo del poder político de turno.
b) La concepción de la sociedad y del Estado: Protagonista de la vida pública es la sociedad, el pueblo (la gente que trabaja, los padres que educan a los hijos, quien tiene el deseo de construir y aportar algo a la sociedad, etc.). La gente, eligiendo a los gobernantes, no les delega este protagonismo por el período del mandato. El bien común no debe ser reemplazado por un proyecto impuesto por el Estado. La legitimidad del ejercicio del gobierno no implica que la sociedad toda deba acatar proyectos que atenten contra la sana, Libre y solidaria construcción social. Es la sociedad, no el gobierno del Estado, la que construye el bien común. La tarea de la función pública es favorecer, custodiar y orientar esta construcción, no sustituirla.
En este sentido proponemos la Doctrina social de la Iglesia que afirma todo esto llamándolo Principio de Subsidiariedad del estado y rechaza toda forma de centralización, de burocratización,de asistencialismo, de presencia injustificada y excesiva del Estado y del aparato publico , ya que interfieren indebidamente en aquello que es responsabilidad de las personas y de las organizaciones menores.
c) Valor y concepción del diálogo: El diálogo no es debilidad; por el contrario, cualquier solución rápida y aparentemente eficaz casi siempre genera violencia. En el diálogo es importante entender los intereses, exigencias en juego y no limitarse a un choque de posiciones, porque así se olvidan las personas concretas y se desconoce cualquier razonabilidad o justicia en reclamos, opiniones o llamados a la revisión de lo actuado, descalificando al interlocutor, pero sin atreverse a confrontar la verdad de estos reclamos. Hacemos nuestro el juicio de los Obispos: "la solución solo puede encaminarse mediante gestos de grandeza y una vigencia aún más plena de las instituciones de la República".
d) El valor de la paz social: Tarea de los gobernantes es buscar la pacificación social, y no insistir en ahondar las diferencias y colocar a todo aquel que no se pliegue al proyecto oficial en la vereda de los enemigos del pueblo.
En este tiempo de confusión, es necesario mirar aquellos lugares donde el pueblo es educado en una pasión por la verdad en libertad, solidario con todo aquel que encontremos en el camino.
Lugares que, teniendo como principal interés la persona concreta, permiten sostener esta esperanza de edificar una casa más habitable para el hombre libre, constructor inclaudicable, en busca de su destino. Necesitamos un Estado que favorezca y reconozca la dignidad de todos los ciudadanos, que no intente suplantarlos en el ejercicio de su libertad creativa.
MOVIMIENTO ECLESIAL COMUNIÓN Y LIBERACIÓN - Julio 2008
domingo, 6 de julio de 2008
Presentación del libro de Luigi Giussani "¿Se puede vivir así?"
Monseñor Pablo Galimberti, obispo de Salto en la República Oriental del Uruguay, no dudó un instante cuando integrantes de Comunión y Liberación de Concordia, Argentina, lo visitaron para invitarlo a presentar el libro de Monseñor Luigi Giussani, “¿Se puede vivir así?”. Fiel a su estilo, sereno y seguro, aceptó sin reparos ni condiciones.
El conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una pastera finlandensa y los riesgos ambientales, los cortes de ruta en pasos binacionales como modalidad extrema de protesta, no pudieron impedir un encuentro de amistad binacional en el que se abrazó la condición humana sin censurar nada.
Fue el viernes 4 de julio, en el salón de la biblioteca Julio Serebrinsky, de la Cooperativa Eléctrica de Concordia, una empresa que a mitad del siglo pasado nació gracias a esa constructividad social que tanto resaltó Giussani, protagonizada por hombres que, ante una necesidad concreta, se asociaron para buscar satisfacerla. El mismo dinamismo que después los llevó a ver en la cultura otro ámbito de acción, lo que hizo posible la creación de la biblioteca, que hoy lleva el nombre de uno de sus pioneros.
Junto a Monseñor Galimberti, compartieron el panel un periodista, Horacio Osorio, y un productor de arándanos, Gastón Solari. Mezclados entre el público, estaba el Obispo de Concordia, Monseñor Luis Armando Collazuol; el Intendente de la ciudad, Contador Gustavo Bordet; el Rector del Profesorado "Concordia", Pbro. Alfonso Frank, y el Decano de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, Ing. Hugo Cives.
Luego que el joven universitario Francisco Bodean interpretara con su violín, ante un público expectante, un fragmento de La Pasión según San Mateo, de Johann Sebastián Bach, y que en la pantalla se viera un pasaje de un reportaje a Giussani hablando de la fe como desafío, Monseñor Galimberti comenzó su exposición definiendo al sacerdote milanés como un pedagogo de la fe y de la vida, un hombre de esos “que no aparecen porque sí”, ya que Dios suscita personalidades y carismas para cada época.
El Obispo de Salto describió lo que llamó “cultura de la fragmentación”, en la que hoy nos movemos. Sociedad líquida, o efímera, como la han calificado otros autores, en la que se advierte la ruptura de vínculos, los modelos competitivos y narcisistas, la pérdida de confianza y de solidaridad, y la debilidad de las tradiciones, reemplazadas por la noticia de último momento.
En este contexto actuó Giussani, para despertar lo que está dentro del corazón de los hombres, la espera de Dios, explicó Galimberti.
“Creo en mis padres, en mis maestros, en la música, en la cultura” dijo, al momento de referirse a la fe como método de conocimiento a través de la mediación de un testigo. “Sin esa experiencia humana de creer en los otros, en los de al lado, no podemos creer en Dios”, remarcó. Explicó que en todos los campos los hombres “estamos sostenidos por otros”. Por eso, Monseñor Galimberti no dudó en aseverar que Giussani enseña a vivir en comunidad.
Elogió también la capacidad del iniciador de Comunión y Liberación para ayudar a los hombres a prestar atención a todos los signos, las señales de la experiencia humana, no dejando nada afuera, porque –dijo- “todo es reciclable en Cristo”.
Consideró a Giussani como un educador del sentido religioso, despertando la búsqueda del corazón de los hombres, tornándolos inquietos.
Cerró su exposición refieriéndose al autor del libro como un “un padre en una sociedad sin padres”, que provoca, “torea”, plantea límites e ideales.
Un Dios que está, que se entremezcla entre los hombres
“No soy un hombre de mucha fe” comenzó diciendo el periodista Horacio Osorio, Director de la publicación digital Diario Río Uruguay. Pero de inmediato aclaró: “no soy hombre de fe en el sentido como habitualmente se la entiende”.
Osorio explicó que la lectura de Giussani le había presentado a “un Dios que no está lejos si no en frente de uno, que se entremezcla, que está”.
Dijo que al leer acerca de la fe como método de conocimiento mediante un testigo, había descubierto que es justamente eso, conocer a través de testigos, lo que hace a diario el periodista. Pero de inmediato cuestionó que los medios de comunicación aparezcan como fuentes que “santifican” cualquier cosa, cuando en ocasiones son “picadoras de carne” que no respetan la vida.
Antes de cerrar retomó una vez más la cercanía de Dios, la encarnación, al resaltar que le había impactado en el libro un Cristo que se hace hombre, “una religión que no intenta trasladarnos a un cielo lejano”.
Finalmente, hizo suya la oración del padre del epiléptico curado por Jesús: “¡Creo! Ayuda a mi incredulidad".
Una crisis de fe superada por un encuentro
Gastón Solari, Licenciado en Economía Agraria y productor de arándanos, aclaró que lo más importante en su vida era ser padre de cinco hijos, y que ellos, juntos a sus colaboradores en la actividad empresarial y los chicos a los que enseña rugby, son su norte, siendo una preocupación constante cómo educarlos.
Hablando del conocimiento a través de un testigo, recordó al alemán Heinrich Schliemann, que descubrió la existencia de Troya, habiendo desde niño iniciado la exploración con la firme convicción en la veracidad de los escritos de Homero.
Dijo que al leer a Giussani se encontró de pronto con que no sólo se puede llegar a la fe a través de la razón, como lo explica Santo Tomás, si no también a la inversa, arribar al conocimiento a través de la fe, ya que ambas se necesitan una a la otra.
Utilizó la parte final de su exposición para recordar un encuentro excepcional, en una zona muy pobre del noroeste de Argentina, cuando levantó a un grupo de chicos que esperaban por alguien que los llevara hasta la escuela rural.
En especial, describió a una niña, peinada, arreglada, con el guardapolvos limpio, que lo impactó con sus preguntas, que le hizo cantarle el Salve Regina como ejemplo de algún canto que recordase de su colegio secundario, y que, finalmente, lo invitó a bajar para conocer la escuelita, le presentó a su maestra, y lo hizo formar para el izado de la bandera. Aquel encuentro me permitió superar la “crisis de fe” que me envolvía, que al mismo tiempo era una “crisis de ignorancia”, concluyó.